Crea espacio o redúcelo: cómo modificar una vivienda
En general, procuramos que las viviendas sean para toda la vida: la situamos en zonas residenciales a nuestro gusto, en lugares que nos reconfortan y donde tenemos todo lo que necesitamos a nuestro alcance, etc. Pero en esa adaptación del medio como es el espacio donde vivimos, en más de una ocasión nos vemos limitados por “el lienzo” que nos viene de serie. Es decir, cambiamos la distribución de los muebles, pintamos las paredes, adaptamos estancias a nuevos usos pero… ¿Nos atrevemos a tirar una pared o a levantar otra para modificar la vivienda?
A la hora de plantear una reforma de piso integral debemos tener en cuenta que estamos ante un mundo de posibilidades, y que según las necesidades que tengamos, podemos sumar o restar espacios a la casa sin que ésta se venga abajo, siempre contando con profesionales y arquitectos que nos indiquen cuáles son nuestras mejores opciones. ¿Cómo podemos modificar una vivienda?
Imagen: jimarsa.com
Primer y fundamental paso: cuenta con arquitectos
Antes de imaginarnos con una estupenda cocina americana integrada en el salón, debemos saber cuáles son las posibilidades que tiene nuestra vivienda para su parcial o completa modificación.
Obviamente, jamás se puede intervenir en un muro de carga o en un elemento estructural, por lo que antes de tan siquiera plantearnos eliminar una pared o elemento arquitectónico nos debemos dejar asesorar por profesionales, tanto del diseño, como de la construcción.
Esto implica un equipo multidisciplinar en el que un arquitecto pueda determinar las posibilidades reales que tiene la vivienda para una modificación estructural, así como otras intervenciones que pudieran equilibrar y asegurar la vivienda.
Dibuja tus necesidades
Una vez todo dispuesto para saber cómo y de qué forma se podría modificar la vivienda, toca adaptarla a lo que queremos, por lo que debemos hacernos las siguientes preguntas según cuántos habiten la casa y para qué se desea usar los espacios comunes:
- ¿Cuántas habitaciones necesito?: si somos una pareja sin intenciones de formar una familia, con la habitación de matrimonio nos basta y nos sobra, lo cual deja mucho espacio para que otras estancias se amplíen o se dediquen a otras funcionalidades (un estudio para el trabajo, un cuarto de baño amplio y lleno de comodidades, un salón-comedor, etc.). Por el contrario si hemos hecho crecer la prole y se nos está quedando chica la casa, podemos restar espacio a estancias sin apenas utilidad y sumar metros cuadrados para que nuestros queridos hijos no se vean “hacinados” en sus dormitorios o para contar con un cuarto de aseo allá donde no lo hay.
- ¿Para qué quiero la vivienda?: obviamente para tener techo donde dormir, pero estamos ante una reforma integral, ante la posibilidad de dibujar nuestros sueños y adaptar nuestras necesidades, por lo que no debemos quedarnos en la superficie y rascar hasta conseguir lo que verdaderamente siempre hemos soñado y para que todo rincón nos sea confortable. ¿Usamos la vivienda como lugar de trabajo? No tengas tu despacho en una habitación sin más e intégrala como el resto de estancias con todo tipo de comodidades, ¿soñaste siempre con una terraza soleada? Abre el salón con unos ventanales y adapta ese rincón a modo de solárium.
En definitiva, ante una reforma integral, tienes un plano en blanco que con ayuda se puede dibujar para dar cabida a lo que siempre quisiste, ¡y sin mudarte de casa!, ¡aprovéchala al máximo!