¿Cómo elegir seguro de coche?
Elegir el seguro el vehículo es fundamental para nuestra seguridad y la de los demás. No en vano, para poder circular es obligatorio tener contratado un seguro que cubra, como mínimo, la responsabilidad civil obligatoria. Seleccionar uno u otro, se trata de una opción personal en la que debes valorar distintos aspectos, como el uso del vehículo o su estado, para elegir la opción más adecuada para ti y los tuyos.
Por ejemplo, un error común se da a la hora de elegir seguro para los “conductores avestruz”, esos que utilizan el vehículo pero aparecen como conductores ocasionales y no tienen el seguro a su nombre para evitar altos costes, como en el caso de los novatos. Sin embargo, esto puede traer problemas; en el mejor de los casos el conductor no acumulará experiencia como asegurado, algo fundamental para conseguir bonificaciones que consigan a futuro un seguro a un precio más razonable.
La reclamación al Consorcio de Compensación de Seguros por daños causados por catástrofes naturales, terrorismo o actuaciones en tiempos de paz de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado, es común a casi todos los seguros y significa que este tipo de coberturas se dan por dicho consorcio y no por el propio seguro; es decir, que el “accidente” será también gestionados por el consorcio, con sus tiempo de trabajo y su propia metodología.
¿Qué tipos de seguros existen?
En general, en el mercado existen unos tipos de seguros estándar que pueden personalizarse con distintas coberturas, como el importe que cubren en distintos conceptos en casos de accidentes, etc. Bajar la cuota, reduciendo este tipo de importes solo puede ser un problema cuando llegue el momento como veremos más adelante. Encontrar el equilibrio entre las coberturas que necesitas y las que no, es fundamental a la hora de valorar entre un seguro y otro.
Grosso modo, existen tres tipos de seguros básicos que debes conocer:
Seguro a terceros
El seguro a terceros es, después del seguro obligatorio de responsabilidad civil, el tipo de seguro para coche más sencillo y básico. La responsabilidad civil va, por tanto, incluida en todos los seguros y es prácticamente la base del seguro a terceros donde lo que se cubre, como su propio nombre indica, son los daños ocasionados a terceras partes.
La responsabilidad civil cubre los daños materiales y personales que el coche asegurado cause a terceros, de forma que con este tipo de cobertura quedan fuera del seguro tanto los daños que sufra el coche asegurado y el conductor. Habitualmente incluyen algún tipo de asistencia en viaje en caso de sufrir averías o accidentes, pero no cubrirán la reparación en ningún caso.
En algunas ocasiones, por ejemplo, puedes encontrar seguros a terceros con un seguro especial para el conductor que debes valorar aparte, ya que habitualmente no lo incluyen y pue interesarte tener esta protección en un momento crítico.
Seguro a terceros ampliado
El seguro a tercero ampliado, incluye todo lo anterior, pero, además, incluye coberturas especiales que, desde mi punto de vista son muy importantes, como la cobertura de incendio, luna o robo; también puede incluir la cobertura en caso de atropello accidental de un animal, por ejemplo; algo que te puede interesar o no según la zona en la que te muevas.
Dentro e la rotura de lunas, debes estudiar si te ofrecen la rotura total o parcial, aunque habitualmente se cubren ambas. Normalmente, más si vives en una gran ciudad, suele incluir una cobertura de robo donde te interesará tener en cuenta si has cambiado algún accesorio al coche, como en el caso típico de cambiar la radio o los altavoces, ya que sino lo indicas no se valora el objeto y en caso de robo se ceñirían a lo que se incluye de serie.
También es posible que el seguro a terceros ampliado incluya algunas coberturas extra como mejores asistencias en viaje que pueden incluir o no coche de sustitución, recurso de multas, etc. Personalmente, debes elegirlo en función del uso, prioridades y necesidades. Por ejemplo, un coche de un valor venal muy bajo, puede que no interese tenerlo a todo riesgo, pero sin embargo, no quita para que te protejas en caso de accidente.
Seguro a todo riesgo
Los seguros de coche a todo riesgo son las opciones más completas de seguros y, además de los daños a terceros, cubren también los daños propios ocasionados al vehículo y al conductor, sea este o no responsable de la inciencia o el accidente; además de incluir habitualmente servicios adicionales incluidos como la asistencia jurídica.
Es práctico en el caso de coches nuevos, ya que habitualmente los dos primeros años se repone el vehículo y en el caso de personas que suelan tener pequeños golpes o daños que requieran reparación como roces en un estacionamiento o llegar a coger el coche y encontrarlo dañado.
Dentro de este tipo de seguros, debes tener muy en cuenta qué coberturas asumen y cuáles no. Por ejemplo, no es lo mismo la asistencia en viaje para llevarte a ti y acompañantes a un lado y al vehículo a reparar por otro, que tener un coche de sustitución durante los días que el vehículo está en el taller. Las coberturas pueden variar mucho de un seguro a otro dentro de la modalidad todo riesgo.
Además, debes tener en cuenta que hay dos tipos básicos dentro del seguro a todo riesgo: pólizas a todo riesgo con o sin franquicia.
- Con franquicia. Más económicos, sólo cubren una parte de los gastos. La franquicia fiajda significa que los primeros X euros de gastos siempre los asume el titular y no un seguro. Por ejemplo, si la franquicia es de 300€, ante cualquier incidente, seas o no responsable, debes abonar los primeros 300€ y el seguro el resto. En general, es un tipo de seguro que no suele rentar a menos que tu tipo de accidentes suelan ser de costes por reparación altos.
- Sin fanquicia. En este caso, al contrario que el anterior, siempre que suceda un incidente, el seguro asumirá los costes desde el primer euro hasta los máximos establecidos. Habitualmente tienen que ver con el valor venal del coche, así que no suele merecer la pena en el caso de coches demasiados antiguos.