Decálogo para apoyar al pequeño comercio
Si 2020 nos ha enseñado algo, es a cuidar de las personas más cercanas. El pequeño comercio se ha visto altamente afectado por la crisis sanitaria y hemos podido observar cómo a lo largo de los meses los negocios han incrementado sus costes para aportar seguridad a todos mientras peleaban por seguir activos y sobreviviendo. Las pequeñas economías se han visto altamente afectadas y muchas familias dependen de nosotros para subsistir. Por eso es importante saber cómo apoyar al pequeño comercio.
En muchas ocasiones, como consumidores no nos damos cuenta de la importancia que tenemos dentro del mercado y cómo nuestras decisiones diarias van condicionando el futuro de muchos pequeños negocios. Cada día somos más responsables en nuestras elecciones de compra, pero en muchas ocasiones no somos conscientes de cómo podemos ayudar a nuestro entorno con un consumo que apoye a todos los pequeños comercios. Otras veces nos preguntamos qué podemos hacer como consumidores para apoyar al pequeño comercio.
Hoy te dejamos el decálogo de pequeñas cosas que puedes hacer en tu día a día para impulsar la actividad del comercio en tu zona. Al fin y al cabo, cuanto mejor vivamos todos: mejor seguridad, menor tensión en el entorno y más impuestos para invertir en la ciudadanía (entre muchas otras razones como la calidad humana o la responsabilidad social ahora que tanto nos necesitan).
- Comprar en el pequeño comercio de tu entorno es una de las máximas básicas que siempre escuchamos cuando buscamos ideas para su apoyo. No en vano, se potencia lo que se consume. Elegir fruterías o carnicerías del barrio, optar por librerías cercanas para encargar tus libros (o, incluso, comprar online en tiendas cercanas si sueles optar por grandes superficies por falta de tiempo) pueden ayudar mucho al pequeño comercio.
- Además de comprar de cerca, es importante potenciar el consumo de productos fabricados lo más cerca posible para mover la economía de la zona. Fíjate en el origen de los productos que adquieres. Aparte, es más ecológico porque reduce la huella de los transportes; por no hablar de los beneficios y gastos que se asumen con cada intermediario que se añade a la cadena.
- Si un negocio te gusta, comparte la información con tu entorno para que cada día lo conozca más gente. No se trata de hacer publicidad gratuita, sino de recordar que cuando algo no nos gusta solemos contárselo a todo el mundo, pero cuando alguien da un servicio excelente no solemos comentarlo con tantas personas.
- Además, hoy en día internet tiene un peso muy importante: te costará muy poco tiempo dejar una reseña en internet comentando la experiencia, como en el caso de las reseñas de Google y otros lugares especializados en reseñas de empresas o buscadores. Cada día nos movemos más por recomendaciones que vemos por internet, ayúdales a crecer en 2 minutos.
- El comercio local es perfecto para asesorarte sobre productos y servicios especializados. Llevarte una tarjeta del lugar puede ayudarte tanto a recomendarlo en tu entorno como a tener a mano los datos de contacto para resolver dudas, realizar reservas y conseguir un servicio personalizado.
- El pequeño comercio suele tener una oferta más limitada a simple vista que una gran empresa donde parece que se pueden ajustar más los costes. Sin embargo, muchas veces es cuestión de preguntar porque a menudo tienen más variedad de la que se aprecia a primera vista: por preguntar no pierdes nada.
- Por otro lado, cuando vamos a encargar algo especial o muy concreto, podemos elegir a los pequeños comercios para potenciar su trabajo y su servicio a la sociedad.
- Utiliza los negocios, productos y servicio locales para tus regalos. De esta forma moverás la economía y darás la oportunidad a la pequeña empresa de darse a conocer de forma directa. Muchas tiendas poseen incluso tarjetas regalo para que no tengas que romperte demasiado la cabeza.
- Muchos negocios necesitan liquidez para reactivar su trabajo y enfrentarse a las deudas. Por eso, es un buen momento para aprovechar las ofertas como los bonos. Tú ahorrarás costes y a ellos les facilitarás algo que realmente necesitan.
- Si necesitas cancelar una cita o reserva, especialmente viendo los momentos que hemos pasado, procura aplazarla en lugar de cancelarla, especialmente si has pagado ya el servicio o si tienes al 100% la seguridad de que lo vas a utilizar. No se trata de tirar el dinero, sino de plantearte la cancelación o el aplazamiento con cabeza para no alterar más la economía en momentos clave si realmente es algo que vas a hacer de todos modos.