#PrendasconHistoria La camiseta y la revolución fashionista del siglo XX
Cómoda, práctica y adaptable a casi cualquier ocasión, la camiseta es una prenda que hoy en día todas y todos tenemos en el armario en alguna de sus versiones y diseños, pero… ¿sabías que no se popularizó para el uso por la calle hasta mediados del siglo XX? Te contamos la curiosa historia de una prenda imprescindible hoy en día.
La camiseta que siempre estuvo con nosotros
La camiseta es una prenda que acompaña al ser humano desde tiempos remotos en versiones menos depuradas que los diseños y tejidos actuales.
Existen indicios de prendas similares en el Antiguo Egipto, pero generalmente se suele hablar de la Edad Media como primeras referencias documentadas, cuando se utilizaba una prenda similar a la camiseta, camisolas en forma de T fabricada de algodón o lino tejido, para evitar el roce con las armaduras y mejorar la higiene.
Será en el siglo XIX cuando se acorten los faldones y se adapte el corte a la figura. Sin embargo, no se tratará de una prenda masiva, sino de una prenda asociada a ciertas profesiones humildes como la de mineros o granjeros, aunque pronto sería aceptada por militares y marineros por su versatilidad e, incluso, a principios del siglo XX se asociaría a ese héroe de la patria debido a la II Guerra Mundial y el uso masivo de las camisetas que nos dejan estampas de soldados con camisetas en sus momentos de servicio.
La camiseta como prenda masculina
Sea como fuere, desde el siglo XIX y poco a poco, la producción en masa, favorecida por la era industrial, extendió su uso como prenda de uso interior para los climas y los momentos del año más fríos.
Pronto, algunas profesiones comenzaron a permitir su uso como prenda exterior debido a la comodidad que presentaban y, avanzado el siglo, los hombres de la clase obrera comenzaron a apropiarse de esta prenda para sus momentos de ocio.
Tanto es así que en el siglo XX se utilizó la camiseta para dar vida a personajes de corte más rebelde como James Dean en la película de 1955 Rebelde sin causa o Marlon Brando un par de años antes en el film Salvaje (curiosamente que ellos y otros comenzasen a colar las camisetas en la gran pantalla harían que se popularizasen aún más para los momentos de ocio entre la moda masculina exterior).
La camiseta como prenda femenina
Un poco más tarde, en los años 60, las mujeres también comenzaron a ver las posibilidades de la prenda en su uso como prenda de exterior, especialmente entre cantantes y actrices.
Debemos tener en cuenta que al haberse relacionado con la clase más humilde y obrera, los primeros círculos en los que se extendieron fueron entre artistas, músicos y personas con un estilo de vida más creativo.
Algunas voces apuntan a la sensualidad que permite la camiseta ceñida al cuerpo para su éxito entre el público femenino, fomentando la sensualidad de las curvas de la mujer, otros expertos lo relacionan más con la lucha de la mujer por sus derechos.
En cualquier caso, una década más tarde, la camiseta ya se consideraría como una prenda unisex y habría pasado a la esfera pública, creando un boom de posibilidades para las marcas.
Camisetas con mensajes
La camiseta sirvió como lienzo de diseños variopintos, pero sobre todo, fue, es y será un medio para lanzar todo tipo de mensajes. Camisetas blancas con logos de firmas o diseñadores, camisetas con mensajes reivindicativos o graciosos,…
Después de los años 70 la camiseta sufrió un nuevo boom que fue aprovechado para impulsar el mundo del merchandising de todas las esferas, desde discográficas a cinematográficas, desde política hasta Disney, aunque ya se conocen casos de firmas y empresas que comercializaban camisetas promocionales décadas antes.
Durante los años 90 ya eran un elemento común dentro de la moda y, a día de hoy, podemos encontrar que la camiseta es un nexo de unión, entre mujeres y hombres, entre pobres y ricos, todo el mundo tiene su propia versión de la camiseta, desde las que venden en el rastro hasta la de grandes firmas que multiplican el precio de una prenda de uso común.