Ropa Laboral: el uniforme como seña de identidad
Cuando pensamos en ropa de uso laboral en seguida nos vienen uniformes estándar a la cabeza. Por ejemplo, si pensamos en ropa laboral de hostelería en seguida pensamos en el típico traje negro y blanco de los camareros o en los típicos gorros protectores de los cocineros.
Por suerte, la moda siempre se reinventa y a pesar de que los clásicos nunca mueren, poco a poco los uniformes se adaptan a las distintas tendencias, en el caso del camarero, por ejemplo, incluso en los lugares más clásicos han actualizado los cuellos de las camisas o la corbata en caso de llevarla.
Hoy en día el vestuario laboral se ha convertido en algo más que una simple herramienta de trabajo. Por un lado, se sigue haciendo uso de los uniformes de trabajo del mismo modo en que surgieron, por seguridad, con prendas de alta resistencia especialmente en aquellos destinados para la industria siguiendo la estela surgida en la revolución industrial. En este sentido, según el sector y el tipo de trabajo, la ropa para trabajar debe tener en cuenta las normativas que exigen calidad, como se ve claramente en el calzado de seguridad que se utilizan en muchas fábricas o almacenes para evitar o reducir los accidente laborales.
Por otro lado, el vestuario laboral y los uniformes también es una forma de crear imagen de marca, especialmente cuando hablamos de uniformes que se exponen al público en el día a día, algo muy importante en la era del márketing donde es crucial conseguir hacerse un hueco en la mente de los consumidores que se ven aturullados de tanta oferta para cada actividad que llevan a cabo. Seguro que te ha venido el ejemplo de más de una firma de distintos sectores mientras lo estabas leyendo.
Un caso que me parece tan curioso como simpático es el del vestuario sanitario que a pesar de reclamar sobriedad cada día presenta nuevos diseños con detalles para adaptar el vestuario a la personalidad como los patucos de colores o los gorros de quirófano. Algo que me parece importante ya que los uniformes de trabajo pueden producir respeto, orgullo, o todo lo contrario si quien debe llevarlo no se siente identificado con él.
En realidad la personalización, la protección o la imagen de marca no es algo novedoso ya que, en la Edad Media, por ejemplo, los uniformes laborales también se utilizaban para identificar no solo la posición social, sino el sector en el que trabajan las personas mediante pantalones, camisas, sombreros o demás prendas como en el caso del mandil de los mineros del siglo XVII.
En general, se pude apreciar como los uniformes de trabajo se adaptan a las tendencias de moda con un enfoque orientado en la mayoría de los casos hacia la comodidad para permitir realizar las jornadas de trabajo más agradables y generar menor cansancio y problemas derivados.
Algo en lo que tiene mucho que ver la tecnología, ya que es la principal responsable de las mejoras en seguridad y comodidad de los uniformes más rígidos, especialmente en los equipos de protección individual donde los avances han permitido mejorar mucho las condiciones laborales, así como reducir sus riesgos, con accesorios como gafas, guantes u otros elementos que disminuyen el riesgo de sufrir nefastas consecuencias ante un accidente en el trabajo.