#Afondo Piel Sensible, mimos para estar perfecta
La piel sensible suele ser una piel que sufre deshidratación, así como afecciones relaciones como eccemas, tirantez, inflamaciones, enrojecimiento, descamación o, incluso, alteraciones del sebo que pueden dar lugar a otras afecciones como brotes de acné en el caso de la piel grasa sensibilizada.
Todos sus síntomas se relacionan con esa falta de elasticidad y desajuste en la barrera hidrolipídica que protege nuestra piel, así como a factores externos como los radicales libres o la contaminación, tanto como a factores internos como malformaciones en las fibras de colágeno y elastina.
Tosa las pieles pueden presentar sensibilidad a lo largo de la vida, ya que la sensibilidad de la piel depende de factores vivos en constante evolución como el estado del sistema inmune y la barrera de defensa, los factores genéticos, así como los factores externos o internos como los hábitos de vida o las patologías que aparecen a lo largo de la vida.
¿Cuáles son las causas de la sensibilidad en la piel?
Los cambios de temperatura radicales suelen acrecentar los problemas de sensibilidad de la piel, aunque también existen factores psicológicos que dan lugar a una piel sensible como el estrés o la depresión.
Es interesante comentar que la sensibilidad en la piel puede darse de forma puntual, como cuando sufrimos una reacción a algún producto concreto como colonias, perfumes, productos de belleza como maquillaje o cosmética (en especial, productos con un pH bajo), así como por factores externos como las aguas cloradas de las piscinas o muy calcáreas o el propio roce la ropa, en especial tejidos como las lanas o las fibras.
Además, también podemos sufrir alergias que den lugar a sensibilidad en la piel como en el caso de alergias de todo tipo (tanto a productos como a otros alérgenos como ácaros, plantas, etc.) o cambios hormonales y enfermedades que pueden causar sensibilidad tanto por la afección como por el tratamiento como en la diabetes o procesos oncológicos. . Otro de los factores más comunes son los propios hábitos de vida
¿Cuáles son las principales afecciones de la piel sensible?
Existen numerosas afecciones de la piel asociadas a la piel sensible, pero las principales son:
- Dermatitis atópica. Falta de hidratación y lípidos en la piel que causa irritación y descamación por la sensibilidad.
- Dermatitis seborreica. Inflamación que forma escamas en áreas grasas con o sin rojez en las zonas más sensibles del rostro.
- Cuperosis. Vasodilatación y fragilidad capilar que causa rojeces en áreas sensibles del rostro debido a esa rotura.
- Psoriasis. Enfermedad autoinmune inflamatoria que provoca eccemas y lesiones en la piel, debe controlarse cada brote para minimizar las molestias en el paciente.
- Rosácea. Enfermedad crónica de los vasos sanguíneos dando lugar a ronchas y granos inflamados similares a la cuperosis.
¿Cómo tratar la piel sensible?
La piel sensible es una piel compleja que reacciona de distintas formas tanto a los procesos internos de la piel como a agresiones externas. Por ello es fundamental conocer su causa para aplicar un tratamiento adecuado e interponer medidas preventivas como en el caso de los brotes por contacto con alérgenos.
Para cuidar la piel sensible, debemos mantener una estricta rutina que se adapte, más que con ningún otro tipo de piel, a las distintas estaciones con sus distintos climas y actores dañinos como el cambio brusco de la temperatura con el aire acondicionado que, además, puede resecar el ambiente.
Por ello, la piel sensible requiere tratamientos calmantes, hidratantes y nutritivos que refuercen la barrera de protección de la piel, con acción descongestiva y antioxidante para renovar y tratar las afecciones a las que haya dado lugar como en el caso de las manchas y los tratamientos despigmentantes.
Rutina de belleza de la piel sensible
Por la mañana, debemos limpiar la piel y protegerla de las agresiones diarias con productos que mejoren el sistema de defensa y protejan la piel. Mientras, por la noche, la piel sensible requerirá un esfuerzo por revertir los daños causados durante el día, calmando y regenerando.
Además, dentro de la rutina semanal es interesante incluir exfoliantes suaves como peelings con alto pH para evitar irritar demasiado.